10 abril 2014

El vacío post-doctoral

La experiencia de cada doctorando es única. Cada uno de nosotros desarrolla su proceso de un modo único e irrepetible, por lo que cada experiencia es singular y así debe considerarse.

La generalización en estos casos, como casi siempre, es una burda simplificación de la realidad y, como tal, es una extrapolación poco prudente.

Dicho esto, en mis conversaciones con otros doctores recientes (y en mi propia experiencia) he podido comprobar que el vacío post-doctoral es un sentimiento común entre nosotros.

¿En qué consiste el vacío post-doctoral?

En mi experiencia, es similar a lo que se experimenta tras aprobar el Diploma de Estudios Avanzados (DEA) (antes) o el proyecto fin de Máster (ahora). En esta entrada ya lo definía como "el bajón post-DEA" caracterizándolo como "un período en el que te encuentras vacío y desmotivado, sin fuerzas para encarar nada más. Algunos lo vivimos más fuerte, otros menos. Pero solemos sentirlo todos. No pasa nada, hay que pasarlo y ya está. Pero no hay que dejar que nos paralice. De mis compañeros de doctorando, más de la mitad se pararon aquí."

Bueno, pues el bajón post-tesis es aún mayor e implica diversos aspectos de tu vida. En lo referido a la vida académica, puede aparecer un desinterés por realizar nada sino todo lo contrario: la necesidad de vivir un tiempo "de rentas". La actitud común es realizar las tareas cotidianas en la universidad o en tu trabajo, pero sin querer ir a más (no proyectos, no investigación, no innovación...). Esto puede estar ligado a la sensación de agotamiento y a la necesidad de descanso y de tomar perspectiva. En lo tocante a la vida privada, aparece un vacío derivado de la disponibilidad de tiempo libre que antes no existía. Es importante prever un "plan de salida" de la tesis que implique recuperar aficiones, ilusiones, y otros proyectos personales. En las últimas etapas de la tesis (que pueden ser muchos meses) todo esto queda aplazado y cuando te doctoras careces de la energía, planificación o perspectiva para retomarlo. Suele llevar un tiempo.

En resumen, el vacío post-doctoral consiste en un periodo (más o menos prolongado, según el individuo) de aturdimiento mental derivado del esfuerzo de los últimos meses antes de la defensa de la tesis. Para superarlo es importante descansar y re-enamorarte de la vida académica e investigadora.

A mí me ha llevado unos meses, pero estoy empezando a salir de él y a recordar por qué me doctoré.