Hace unos meses tuve el honor de participar de la evaluación de una tesis doctoral. Fue mi primera vez.
Preparación de la evaluación
Cuando el doctorando me hizo llegar su tesis en papel comprendí la responsabilidad que implicaba su evaluación y recordé lo que yo sentía en ese momento.
La leí durante varios días con mucho interés. La llené de anotaciones, post-it, reflexiones...
Después, hice una recopilación de lo que me había llamado la atención y lo ordené: fortalezas y debilidades del trabajo, dudas, reflexiones...
Posteriormente, decidí cómo iba a ser mi exposición de la valoración del trabajo. Me hice un guion. Decidí que rompería el rigor académico, pidiéndole tutearle y comentándole una cosa que sabía que le haría sonreír. Quería que se relajara y que estuviera tranquilo.
Defensa de la tesis
La defensa siguió exactamente la estructura que ya describí en una entrada anterior.
Tal como había previsto, desarrollé el guion que había preparado. Mi planteamiento inicial surtió efecto y pude ver cómo se relajaba. Estaba muy nervioso, como es natural. Intenté realizar toda mi exposición con una sonrisa en los labios. Creo que es importante ya que transmite cercanía y calidez. Odio cuando un profesor/a asume ese rol gélido, distante, de superioridad respecto de un alumno/a. Es absurdo. No somos mejores, solo estamos en un rol diferente. Recordadlo.
Expuse mi valoración siguiendo una estructura de sandwich (bueno, malo, bueno).
1. Apertura de mi exposición (reflexión inicial, broma, petición de tranquilidad y sosiego).
2. Fortalezas del trabajo. Intenté que fueran muchas y que reconfortaran al doctorando respecto del trabajo realizado. Me extendí.
3. Debilidades del trabajo. Expuse solo algunas (había más) y reflexioné sobre ellas. Le realicé algunas recomendaciones que podía valorar en futuros trabajos. Le realicé algunas preguntas sencillas y abiertas sobre su trabajo, para que pudiera reflejar lo que había aprendido.
4. Laudatio. Cerré mi exposición recalcando de nuevo la importancia del trabajo y poniendo en valor el esfuerzo y resultados del doctorando. Lo animé a seguir investigando en la línea que había comenzado. Cerré mi exposición haciéndole sonreír de nuevo con una broma. Lo logré.
Evaluación de la tesis
Ahora ya sé lo que ocurre cuando el tribunal se reúne a deliberar... Dejemos que siga el misterio ;-)
¿Qué he aprendido de mi participación en un tribunal?
- Cualquier tesis que llegue hasta el trámite de defensa está aprobada. Pero no todas obtendrán el cum laude (la mayoría sí).
- Es una gran responsabilidad, que hay que administrar con cautela. Cuidado con dejarse llevar por el engolamiento académico. Conviene ser humildes.
- El doctorando/a va a estar muy nervioso/a. Hay que empatizar. Nuestras palabras y comunicación no verbal tienen que servir para tranquilizarlo (y no lo contrario). Recordemos lo que sentíamos nosotras/os en ese momento.
- Por muchos defectos que pueda tener un trabajo, ha supuesto un esfuerzo enorme para la persona de tiempo, energía, frustración... Y muchas veces esos errores tienen más que ver con la dirección que con el estudiante. Hay que ser generosos/as.
- Conviene ensalzar lo bueno. Respecto a las debilidades, creo que el enfoque más adecuado es realizar propuestas de mejora para futuros trabajos (que compensen esas debilidades).
- Yo nunca haría preguntas que pusieran entre la espada y la pared al doctorando. Puedo hacerle ver que ha errado en algunas cosas, pero luego mi pregunta será sencilla, abierta y que le permita lucirse.
- Las respuestas a las preguntas no suelen cambiar el sentido de la evaluación de la tesis. Tampoco la exposición (a no ser que sea catastrófica). Lo más importante es la tesis escrita. El tribunal se suele hacer cargo del trago que supone la defensa.
- Aunque un miembro del tribunal relaje en cierta medida el protocolo o lo haga más afable, el doctorado/a no debe olvidar que se encuentra ante un acto académico que exige de unas reglas y formas. El tribunal puede relajar estas reglas, el doctorando/a no.
- Si vais a participar en un tribunal, ¿qué os recomendaría?: sed humanos/as, humildes, cálidos y generosos/as. Empatizad.